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Osvaldo L Conde







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jueves, 17 de junio de 2010

Los 70, cuarta entrega

El S11: “Precipicio del Futuro”
Supervisión: Alcira Argumedo
Investigación: Osvaldo L. Conde

En la presente entrega nos ubicamos en los años 90 y en distintos continentes, especialmente en Europa. Allí observaremos que, la crisis que se vive en varios países del Viejo Continente en los días que corren, no es ajena a una política económica piloteada por EU, que no solo dará por tierra con su orgullo de “es la economía tonto”, sino que arrastrará a Europa desde lo políticos y pretenderá otro tanto con países peroleros del mundo emergente. Los datos que expresaremos son los que anticipan las calamidades que viven hoy Portugal, España, Grecia. Un poco menos Italia y España y, de la que no estuvo exento la ex potencia unipolar.

Las fuerzas militares de los Estados Unidos cumplen desde siempre un papel protagónico en el desarrollo tecnológico e industrial: La metalurgia, la electrónica, las herramientas eléctricas propician la fabricación en serie de industrias importantes como la automotriz.
Después de la 2ª Guerra Mundial, dicha industria es clave para concretar los proyectos tecnológicos de alta complejidad, donde la computación es el nuevo paradigma. Internet, láser, aviación comercial… serán entre muchos de sus adelantos, los que sustentan el orgullo de la política externa norteamericana.
Pero, el 23 de septiembre de 2001, ese orgullo sufre el mas duro golpe de toda su historia: el atentado a las torres gemelas. En febrero de 2002, su gravedad fue evaluada por “El Boletín de los Científicos Atómicos”[1], que como conclusión adelanta el reloj dos minutos, Stephen Hawking lo atribuyó a “las crecientes preocupaciones sobre una Segunda Era Nuclear"[2]. El New York Times, acertadamente, titulará el día posterior al derribamiento: “Asomo al precipicio”. El Presidente Bush hablará de terrorismo internacional. La combinación entre “terrorismo” y “neoliberalismo” será un cóctel trágico para la paz mundial.
La represalia improcedente del los altos mandos estadounidenses, se convierte en un caso testigo del uso de la tecnología a favor de el imperialismo militar, nos referimos al  bombardeo de EEUU sobre Afganistán, considerando en prima facie sin pruebas ni juicio, culpable del S.11 esa Nación. Una encuesta de Gallup, revelerá que sólo una minoría apoyaba el ataque. En Europa las cifras van del 8% en Grecia, al 29% en Francia. En América Latina el apoyo era aún menor: del 2 en México al 16% en Panamá. La encuesta se publica en distintas regiones del mundo, pero no en los EEUU.
La convicción militarista estadounidense queda develada en su presupuesto nacional. El país tecnológicamente mejor dotado del mundo le otorga al área militar la abrumadora cifra de 563 mil millones de dólares[3]. Más 100 mil millones fuera del presupuesto: La mayoría de los gastos para las guerras en Irak y en Afganistán no son incluidos en el presupuesto del Presidente, pero el Gobierno desde hace cuatro años solicita asignaciones suplementarias. Son éstas políticas anti-multipolares de los EEUU, las que debilitan la confianza del mundo en su rol.

La Revolución Científico Técnica y el Lejano Oriente
La diferencia de Japón con los EEUU en torno a la RCT, estriba que para los orientales el desarrollo tecnológico no está considerado como un “gasto público”, sino como un conocimiento imprescindible para la economía del país. Los datos que confirman el énfasis nipón son los referidos al área académica.
El 98% de los japoneses termina el ciclo secundario y el 50% hace lo propio en términos universitarios[4]. Desde la década del 80 que EEUU vive con preocupación la masiva educación japonesa, en el “Jornal Of Materials Education” de la Universidad de North Texas[5] se lee: De acuerdo con el ministerio de Educación Cultura Ciencia Tecnología de Japón, 73% de los estudiantes japoneses avanzan a la educación superior, mientras que el 61% de los estudiantes norteamericanos lo hacen. Estas modalidades son casi del 20% para EEUU y del 35% para Japón[6]. Según lo dicho, la clave del crecimiento japonés, en el conocimiento científico y tecnológico implica, además de tecnología: talento, formación, creatividad e imaginación.
Mas al sudeste otro gigante muestra su candidatura a la multipolaridad: Si China sigue con su crecimiento, en el 2041 puede superar a EEUU y ser la primera economía mundial[7] Los acuerdos entre Washington y Pekín (Nixon y Mao) datan de 1972, y a pesar que la confianza entre ambas naciones no termina de consolidarse: Del lado occidental por la larga e intensa lucha interna del partido de Gobierno del Lejano Oriente sobre su orientación en la política nacional.
Controlada por Mao al principio, después de 1976 ya fallecido, aparecen los desacuerdos violentos. No obstante, la motivación central norteamericana para mantener la alianza es el acuerdo bilateral sobre la neutralización del hegemonismo soviético, que a partir de su desaparición, produce en las relaciones sino-americanas una confusión creciente.
Muchos políticos de América del Norte, siguen sospechando que China mantiene su particular ideología comunista, con el objetivo de establecer un poder regional en el este asiático que amenazará sus intereses. En China, suelen manifestar el temor que EEUU pretende mantenerlos en situación de debilidad, las suspicacias surgen por el exceso de críticas que cada tanto produce Norte América sobre el sensible tema de los Derechos Humanos chinos. Para colmo, poco y nada dicen en Washington sobre las mejoras en los estándares económicos que se experimenta en el más grande país oriental.
Un repaso puntual y necesario, indica que China vive un período de apertura internacional por diversas vías. La primera decisión fue abandonar la lucha en dos frentes: URSS y EEUU, definiendo en 1971 a los soviéticos como el “gran enemigo”, al que disuade aliándose con Occidente.
La devolución fue el guiño de EEUU en 1979 al propiciar las relaciones diplomáticas entre ambos países, permitiendo que China sea reconocida por las Naciones Unidas; obligando a Taiwán a depender del Continente anulando su representación internacional. La Isla fue desde siempre protegida por EEUU, y a pesar del revés diplomático; comercialmente ambas siguen relacionadas. Lo dicho produce un reordenamiento amplio de los ejes de las alianzas capitalismos-socialismos. EEUU logra una fluida articulación con China, Japón y Europa Occidental. Se beneficia Japón que inicia su rearme a instancias de EEUU y China, para cumplir un nuevo rol geopolítico que implica una excelente relación comercial con la URSS.
En China se favorecen los que  proponen un sostenido desarrollo económico y militar. Prefiriendo la  eficiencia técnica a la política social de las masas. Estos apoyados por el ejército desplazan a los maoístas del Comité Central. Pronto, el PCCH aprobará la construcción del estado socialista moderno, que transformará a China en potencia mundial. Lo hará por medio de las “Cuatro Modernizaciones”[8]: Agricultura, Industria, Ciencia y Tecnología. El centro de gravedad ya no será político sino económico, tecnológico civil y militar. El incremento masivo de recursos tecnológicos y financieros del campo capitalista, llegará principalmente de Japón. También centraliza la disciplina partidaria y profesionaliza a las FFAA, todo con un sustento fuertemente crítico a la política de Mao

 Influencia de Europa del Norte
Bien sabe EEUU que Europa Occidental no está dispuesta a eliminar ventajas comerciales, inversiones o emprendimientos que les proponga el bloque socialista, causa por la cual los europeos del norte enfatizan la política de distensión. Pierre Defraigne[9], nos remite a las preguntas actuales que EEUU y el resto del mundo se hace, sobre el multilingüe Continente:
Europa puede  enorgullecerse legítimamente de haber triunfado sobre sus antiguos demonios: las  guerras de religión, las rivalidades entre los capitalismos nacionales y el enfrentamiento apocalíptico entre el comunismo y el fascismo. (…) Sin embargo hoy en día, con la globalización, la Unión Europea se enfrenta a cuatro desafíos principales: (1) la convergencia Norte-Sur, simbolizada por el desarrollo de China, (2) la divergencia Sur-Sur, marcada por la desconexión de África y del mundo árabe, (3) la fractura social en el seno de los países industrializados y (4) el cambio climático (…) ¿Podrá el derecho multilateral asimilar dichas evoluciones rápidamente y ordenar los nuevos equilibrios en formación dejando así a Europa la posibilidad de participar en la alianza de potencias civiles? ¿O es que el peso estratégico va a continuar prevaleciendo en el juego internacional, ya sea por la influencia o por la confrontación, de tal manera que una UE insuficientemente organizada se vería obligada a solicitar y a sufrir la protección de América? ¿Cuál sería el coste de tal protección para el modelo de  sociedad europeo? Éstas son las preguntas que se plantean hoy en día no solamente a los Estados, sino también a los ciudadanos europeos[10].
La gran cuestión interna es, sin embargo, acceder a la modernización pero sin menoscabo de los principios perennes de libertad y justicia social, o por el contrario, acordar un modelo semejante al de los EEUU con el consiguiente aprovechamiento de la globalización para justificar, como el original, la desigualdad con la excusa de “eficiencia” tan cara en el lenguaje neoliberal
Europa no puede dejar de preocuparse por el avance chino, indio o brasilero ni del retorno ruso al poder energético. Lo que necesita urgentemente es un equilibrio en relación de la influencia  mundial de “los tres grandes”: Inglaterra, Francia y Alemania. De no conseguirse la relación armónica necesaria, corren todos ellos, el riesgo de depender de la “seguridad norteamericana” lo que los elimina de la economía global y, con ellos, a toda Europa.
Frustra la expansión multilateral sobre la que ha fundado su propia estabilidad. Defraigne nos recuerda que la renuncia de Europa a ocupar un lugar multipolar, es igual a su desaparición. Sin embargo, falta un análisis mundial que de manera inicial propone Samir Amín:
La belle époque  coronó un siglo de transformaciones globa­les radicales, marcadas por la emergencia de la primera  revo­lu­ción industrial y la formación del moderno estado nacional bur­gués. El proceso se extendió desde el cuarto nor-occidental de Europa y conquistó al resto del continente, EEUU y Japón. Las viejas periferias de la edad mercantilista (América La­tina y las Indias orientales inglesas y holandesas) quedaron excluidas de la revolución dual, mientras los viejos Estados de Asia (China, el Sultanato otomano y Persia) eran integrados como periferias en la nueva globalización. El triunfo de los centros del capital globalizado se afirmó sobre un rápido crecimiento demográfico, que hizo rebasar a la población eu­ropea del 23 por ciento del total mundial en 1800 al 36 por ciento en 1900. Al mismo tiempo, la concentración de la riqueza industrial en la tríada, creó una polarización de la riqueza en una escala desconocida para la humanidad a todo lo lar­go de su historia. En las vísperas de la revolución industrial, la desproporción en la productividad social entre el quinto más productivo de la humanidad y el resto, nunca excedió de una proporción de dos a uno. Hacia 1900, la proporción era de vein­te contra uno[11].
De aquel auge a la actualidad que vive el “Viejo Continente” pasaron guerras internacionales, civiles, “frías”, invasiones, imperialismos, explotación laboral, social y humana. Pero también avances de sus culturas, tecnologías, ciencias… Por fin, será la caída del Muro de Berlín el nudo que desate una nueva historia; que corre en nuestros tiempos el foco central a Europa del Este. Región que asume un nuevo rol capaz de modificar el sentido global de la humanidad. Así, la decisión de incorporar las naciones europeas del este a la Unión, tuvo como intención lo que resume Gúnter Verheugen[12]:
La ampliación es una oportunidad histórica y una obligación para la Unión Europea y por ello, una de sus principales prioridades. Con ella, se conseguirá reducir el desequilibrio entre los países del este de Europa y sus vecinos occidentales. En el proceso de ampliación se pretenden conseguir dos objetivos: rapidez y calidad.
Ningún bien le brindó el neoliberalismo a Europa del Este. Incluso hoy aparece un síntoma lamentable, la persecución que sufren sus funcionarios. Polonia es un “caso testigo”:
(…) tras la llegada al poder de los hermanos Kaczynsky, (…) voces afines al Gobierno reclaman (chequear) no sólo a los colaboradores de los servicios secretos sino a los miembros de los partidos comunistas, cosa que resuena también en muchos otros países como Rumania.[13].

Europa del Norte no logra la Integración
La creación del euro y la ampliación del “espacio Schengen”, mas la consolidación del mercado interior permite a la UE, durante los primeros años de la década 2000 un cierto impulso, pero en la Guerra contra Irak del 2003, Europa vuelve a dividirse: Inglaterra, Italia, España y Portugal apoyan a los EEUU, lo que suscita una crisis que se agudiza en el 2005, cuando Francia y Holanda rechazan el Tratado Institucional[14]. Desde entonces  la UE es una región con poder pero sin proyecto. A pesar de lo dicho, el euro creado en enero de 1999, concretará el viejo sueño europeo de tener su propia moneda, que entre otras ventajas le permite competir con el dólar.
Fue el tratado de Maastricht, ratificado en 1992, el que consagró las bases de la Unión Económica y Monetaria (UEM): los objetivos, las condiciones para su realización y un calendario. A pesar de las vicisitudes de los años 90 y de las turbulencias monetarias por las que ha pasado Europa, la voluntad política de lanzar el euro nunca flaqueó. Esa ha sido la principal razón de su éxito. Su creación representa una etapa decisiva de la construcción europea y abre la perspectiva de numerosos cambios.[15]
Otro recurso del euro es que permite hacerle frente a la globalización, aspecto que lo hizo accesible en la mayoría de los países europeos. Se lo percibe como factor de crecimiento en los asuntos básicos de salud, medio ambiente, crisis demográficas. También permite morigerar los déficits y con ello la consiguiente habilitación de las inversiones que aumentan el empleo, además de ser “moneda única para un mercado único”[16]
El otro servicio que aporta el euro desde 1993, es el de obligar a ordenar las finanzas de los países europeos dándole transparencia a los precios. En el Consejo Europeo de Amsterdam 1997 se adopta un "pacto de estabilidad y crecimiento"[17], que contiene: (1) Un aspecto preventivo, para que las finanzas públicas vuelvan a equilibrarse en el 2002, (2) Uno disuasivo para la “zona euro” que enumera los trámites para casos de funcionamientos erróneos. Sorprende Cohn-Bendit, histórico líder de la rebelión estudiantil de mayo del 68 en Francia “convertido al realismo”, cuando afirma:
El euro es un punto fundamental de refuerzo de la Unión. En todo caso, los que están contra el tratado constitucional (en vías de ratificación) deberían pensar en algo: imagínese la guerra de Irak. Supongamos que el euro no hubiera existido. Es evidente que los estadounidenses, con el dólar, habrían atacado las monedas de todos los países que estaban contra la guerra. El euro impidió esa estrategia imperialista, bien conocida. Allí vimos la importancia del euro en los momentos de crisis[18].
No todos los comentaristas ven del euro puras bonanzas, la izquierda radical por ejemplo emite comunicados donde lo denuncian como embrión del “euro-imperialismo”.
La flamante moneda europea, el euro, es mucho más que un empujón económico. Significa, al mismo tiempo, la vigorización de la euroidentidad, del eurocentrismo y del euroimperialismo, es decir, la aparición de un nuevo Leviathan en la arena de la historia mundial[19].



[1] Fundado en 1945 por científicos atómicos preocupados por el uso de armas nucleares, el Boletín es una revista que presenta información y reportajes sobre asuntos de seguridad global desde una perspectiva internacional. Su órgano consultivo es el que denominan “Consejo de Patrocinadores” Grupo del que forman parte 18 científicos que han recibido el Premio Nobel.
[2]http://www.cooperativa.cl/p4_noticias/antialone.html?page=http://www.cooperativa.cl/p4_noticias/site/artic/20070117/pags/20070117182037.html
[3] http://www.warresisters.org/piechart-spanish.htm
[4] Apuntes de clase
[5] http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/266/26626220.pdf
[6] Agencia de Política Para el Aprendizaje Para la Vida ministerio de Educación Cultura Ciencia Tecnología de Japón, Tokio, Japón, 2003 y
Departamento de Educación de EU Centro Nacional de Estadísticas Educativas.
[7] Ignacio Ramonet,  Director de “Le Monde Diplomatique”
[8] las “cuatro modernizaciones” (1979- 2005) hacen énfasis en lo correcto, erróneo, provechoso o perjudicial, según los criterios de: “lo que favorece el desarrollo de las fuerzas productivas”, el “poderío integral del país” y que contribuye a “elevar el bienestar de la población” DR. DÍAZ VÁZQUEZ JULIO A. Profesor Titular Centro de Investigaciones de Economía Internacional Universidad de La Habana La Habana, enero del 2006 http://www.ucm.es/BUCM/revistas/cee/15766500/articulos/PAPE0606120007A.PDF
[9] Pierre Defraigne es actualmente Director de EUR-IFRI, el Instituto Francés de Relaciones Internacionales en Bruselas. Economista, ha sido funcionario europeo de 1970 a 2005, y ha ocupado los puestos de Sub-Director General de la Dirección General de Comercio (2002-2005), Jefe de Gabinete de Pascal LAMY, Comisario europeo de Comercio (1999-2002), Director de las relaciones Norte-Sur (1985-1999) y anteriormente Jefe de Gabinete de Etienne DAVIGNON, Vicepresidente de la Comisión Europea (1977-1983).
[10]Defraigne Pierre, “Una ambición para Europa” Enjeux Internationaux edición especial sobre países emergentes, 2006
[11] Amin Samir, “La Economía Política del Siglo XX”,  En publicación seriada Tareas,  Nro. 113, Cela, Panamá enero-abril 2003
[12] El mecanismo utilizado para evaluar los progresos realizados son las conferencias de adhesión bilaterales entre cada país asociado y las instituciones comunitarias de la Dirección General de Ampliación, cuyo comisario Günter Verheugen supervisa las fases de la negociación. Referencia: “Papeles del Este” Universidad Complutense de Madrid, www.ucm.es
[13] Ibídem
[14] Coordinadora Campesina Europea Bruselas, 7 de junio de 2005, http://www.cpefarmers.org/
[15] “Label France: la Revista”, Presidencia Francesa de la Unión Europea, Julio-Diciembre 2000
[16] Comisión Europea (Dir. Gral. de Prensa y Comunicación) “Europa en Movimiento”, Texto original agosto de 2002 www.europarl.es
[17] Comisión Europea (Dir. Gral. de Asuntos Económicos y Financieros): http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l25021.htm
[18]Cohn-Bendit Daniel “He Dejado de Creer en la Revolución”, La Nación miércoles 25 de Mayo de 2005
[19] Dieterich Steffan Heinz, “ Del euro al Euroimperialismo” http://www.rebelion.org/

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