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Osvaldo L Conde







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domingo, 6 de junio de 2010

El Sentido Popular en los Medios Concentrados y en la Calle

"La realidad surge del espectáculo mediático.", dice suelto de cuerpo Josep luís Momparte, catedrático de la Universidad de Valencia. Podríamos decir entonces que, la ausencia notoria de responsabilidad social en los Medios, es funcional al aumento de la ficción mediática
Para ampliarlo, repasemos brevemente los cambios producidos en los Medios, que bien podemos dividirlos en dos instancias: Una principal y una secundaria que es, a su vez, consecuente a la principal

La instancia principal
Primero es económica. El primer paso en este sentido, se dio, cuando los contenidos de las películas, series, novelas, reality shows y de la publicidad conseguían aumentar sus audiencias. Entonces los multimedios “ficcionaron” el formato televisivo de los noticieros. A dicha ficción la llamó, demagógicamente, “lenguaje popular” El efecto conseguido, por cierto fue de enorme repercusión, tanto que su influencia llegó a permear otros medios como diarios y revistas, hasta la radio, el medio al que se le atribuía una confianza superior a cualquier otro, se adaptó al nuevo código mercantil.

Este proceso, originado en EEUU, sumó nuevos hechos que engrosaron su poder argumental y que para nuestro Curso es asunto clave. El primero de ellos es el significado de “ficcionar”: simular, ilusionar, fantasear, mentir…

La vanguardia la tuvo siempre la televisión
La forma que prefirieron desde la televisión –siempre con la excusa de “popularizar el medio”-, era la de presentar historias creíbles. Sin embargo, debían tener una partícula de “verdad” que hiciera a la información, de no ser posible aquello de creíble, al menos verosímil
La construcción implica que, como mínimo, debe tratarse de una “verdad momentánea"; especialmente una verdad no trascendente. Nuestra tele clarinizada nos deja ver abundantes ejemplos. Tomamos uno al azar, cualquiera nos permitiría lecturas similares.

Dijo un periodista que debe ser bueno como médico: “El gobierno está crispado”, la frase se pronuncia durante el conflicto gobierno-campo. Indudablemente era “una” verdad si, pero recostada en el tiempo y en el espacio.

El problema es mantener la ficción durante un tiempo trascendente al día y a la hora del hecho. Cada vez que, este vocero del monopolio detectó alguna situación crítica, imposible que no sucedan en la vida política de un país, se refirió y refiere al gobierno con lenguaje de consejero escolar; les dirá que se tranquilicen. El efecto que busca y logra es que, el destinatario del usurpador de la “pantalla periodística” crea para siempre que “el gobierno está crispado”.

Lo dirá con distintas sinonimias: “Ya vinos como trataban a los de la Mesa de Enlace”. “Así (y mira la cámara con gesto circunspecto) señores gobernantes solo se logra mas división social”. Sacude su cabeza significando negatividad, abre las palmas de las manos desde el escritorio donde apoya casi todo el largo de sus brazos, vuelve a bajar la cabeza y musita “Así no”, El repertorio es mucho mas variado y aburrido.

Todas esas morisquetas continuaron después que la disputa había terminado y, sin embargo, esa continuidad se mantiene hasta hoy cuando el matrimonio Kirchner está en paz y los nuevos conflictos que enfrenta ya no tienen, ni por asomo, la elevada temperatura que tuvo la discusión sobre las retenciones. Pero este doctor parlanchín sigue con los mismos decibles de los momentos más álgidos de la discusión

Lo que logra ese doctor, es que su audiencia internalice la imagen crispada de los días de campo de un Néstor disfónico de tanto arengar y una Cristina exaltada de tanto amonestar... Mientras que, en ese mismo tiempo, el matrimonio disfruta de una nueva etapa que, entre numerosos beneficios, los muestra al tope de todas las encuestas sobre la intención de voto para las próximas elecciones.

Inverosímil para la razón, Nelson Castro, llama al dúo político “antipopular” y les recomienda ciertos pasos de comedia para que “lleguen más a la gente”

Interés económico
Hay además un interés económico, esa imagen ficcionada se comercializa mejor que la imagen seca y transparente. ¿Cuál es el proceso para ficcionarla? que equivale a traducirla en una “imagen popular”. Darle a una verdad limites y a partir de ellos “interpretar” que dice esa verdad, “hacérsela fácil de comprender a la gente”, con lo despectivo que implica la frase.

La Maniobra deja en pobres condiciones a millones de personas pues ¿cómo harán para discernir dónde empieza y donde termina la verdad y sigue la ficción?

El caso internacional paradigmático fue el que protagonizaron la CNN y Fox News o en el que el Pentágono y Hollywod concretaron un acuerdo, en el 2003 de "cooperación e intercambio de experiencias. Otro recurso visual fue asegurarse que las bombas de racimo fueran de colores, mostrando a la visual una suerte de fuegos artificiales. Se sabe que todo lo que es colorido con fondo difuso o negro “suaviza” la imagen. Que los racimos fueran policromáticos hablaba más de festejos que de la cruenta realidad, lo que caía eran máquinas de matar gente

En consecuencia, veíamos una verdad, EEUU atacaba a un enemigo mucho más débil, sea Afganistán o Bagdad, Veíamos ficción y de la buena con técnicas y recursos de Hollywood. El televidente quedaba atrapado por los “efectos” de la verdad pero a su vez del colorido de los racimos y del montaje hollywoodense. Así se logra un fin que además de criminal es siniestro se construye una “verdad” a costa de invisibilizar la realidad.

Aquí “la verdad” es mixturada con el entretenimiento, el televidente queda atrapado en su propia memoria visual de infinitas películas, series y juegos de Internet bélicos y lo los muertos reales que, en ese mismo momento y espacio, caen en el abismo del olvido. Esto último es “la otra verdad” la que –según este periodismo- no debe percibirse; sin embargo es la que moralmente lleva el lugar de privilegio.

La instancia secundaria
Correlativo a la económica, es el “facilismo perceptual” de la ficción, mucho mas accesible (no necesariamente menos sencillo), que el racional de la realidad

Según un estudio realizado por la Agencia Nacional de Comunicación (ANC) "casi el 90% de la TV abierta nacional tiene como temática excluyente la ficción y el deporte, y apenas un 10,4% lo ocupan los noticieros". Del 10,4% del espacio "periodístico" la publicidad (que es ficción) se lleva una cuarta parte y, el resto, son notas y producciones cuyos contenidos "están dedicados en un 80% a la violencia, la inseguridad, las catástrofes y noticias de la 'farándula'".

Así determinados, los temas pasan a ser "casos" y, los "casos", van adquiriendo formas y dinámicas de una historia de ficción:
1) Hay personajes centrales y secundarios, buenos y malos, conocidos y desconocidos.
2) Existe un inicio, un desarrollo y en ocasiones un final
3) se montan escenografías de videoclip
4) Y se recurre a textos de guiones más cercanos a técnicas de redacción publicitaria (de impacto) que periodísticas.

¿Qué capacidad de asociación puede tener un ser humano ante tanta diversidad temática, ante imágenes y símbolos tan diversos? ¿Cómo pueden millones discernir sobre lo que es real de aquello que no lo es, sobre un hecho verdadero o uno "producido?”

El último éxito del Grupo Clarín: “La Yegua”
Desde la presidencia de Néstor, Clarín le dibuja un perfil colérico. Se aprovecha la pasión de Cristina en su puesto de senadora para sugerir, mucho más, vía imagen que vía oral que es levantisca, “mandona”, de fuerte personalidad.

Se consigue instalar en la opinión pública de la clase media una imagen habitual en ese segmento: la de una mujer que domina a su esposo. Si Cristina domina a Néstor presidente, entonces es ella la que se lleva por delante el país.

Lo dicho, mas la maldita usina de rumores que tanto daño hizo y sigue haciendo al país desde Rivadavia para acá; en ese caso se utilizó para contar las infundadas infidelidades conyugales de la esposa del presidente, fueron suficientes para el mote sugerido “La Yegua”. Bastarda expresión que, para colmo, ofende un animal de la nobleza del equino y, que se multiplicó, cuando la señora Fernández de Kirchner llegó a la presidencia de la Nación

Complementando la ficción
Las apariciones de Aníbal Fernández, Luis De Elia, Guillermo Moreno, De Vido y alguno más recibieron de parte de los medios empresariales (mal llamados periodísticos) los roles de los “Malos”. Los buenos eran –y se hacen denodados esfuerzos para que sigan siendo- Cobos, Carrió, Alfonsín, Macri, Morales, Biasatti, Santillán, el mencionado médico. Por ese entonces Tenenbaum, Leuco y otros estaban donde hoy: en la mediocridad misma.

Los video-clips incluyeron los textos del zócalo, se ficcionaban con la imagen y con la letra escrita y así se escamoteaba lo que verdaderamente declaraban o argentaban los invitados no queridos por esos medios.

Los más cínicos insistían que esas “técnicas” se comparaban a la de “mejorar la tipografía del diario”. Que debía pensarse como un paso importante de modernización del formato o los nuevos encuadres de las imágenes En síntesis, para Clarín la ficción no tenían que ver con la mentira, sino –se mentía sobre lo mentido- para “llegar mejor a la gente común que es la que nos ve, nos lee, nos escucha”.
En realidad de lo que se trata es de un juego perverso. La gente que ve, oye o lee esos medios, por lo general tiene gustos musicales, compra artículos y usa un lenguaje que es distinto y más caro al que adquiere la gente que no los ve, ni los oye ni los lee

A su vez, Magneto y afines, monopolizan el mercado y someten a las personas que no pueden adquirir sus nuevas tecnologías a un rol indigno, pues quedan vedados de disfrutar del deporte o la película preferida, aún cuando paga una cuota alta por el “servicio de cable”, pero no le alcanza para el codificado. A esto agréguese que, en dichos canales, no debería pasarse tanda publicitaria...

El pueblo según Clarín y otros monopolios
La construcción de “pueblo” para el Grupo Clarín y similares consiste en generar dependencias. Las personas que se esfuerzan por lograr ver su partido de futbol preferido, escuchar la banda de la que es fan o ver la película esperada y, si lo consigue, siente que ingresa en un estrato superior al de sus vecinos.

Ese público es pueblo, para Clarín, pero no solo ellos, se suman diariamente los “que llegan” y a los que “están en camino”, esto último sea real o iluso.
Políticos propios del neoliberalismo no escatiman agregar a, lo que producen los medios, su propio doble discurso. La Argentina tuvo en Carlos Menem un caso encuadrado enteramente en aquello que queremos expresar.

De tal pueblo de ficción, cuyo sumo sacerdote es siempre el monopolio mediático, se esperan votos “anti”. Pues, la selectividad que logra, implica campañas de miedo, de desigualdad manifiesta, de falacias descontroladas y de corrupción permanente ¿Quiénes los esperan a esos votos?

Principalmente los grandes grupos empresarios nacionales e internacionales, los dueños de los monopolios (muchas veces se repiten nombres y apellidos en los dos sectores) y utilizan periodistas que aceptan convertirse en escribas cómplices de estafa moral a la Nación, pues son los que narran la mentira de llamar pueblo a personas indefensas contra la avanzada hostil de la psicología aviesa puesta en marcha por “los medios”

Sin embargo hay otro concepto de pueblo que, emerge desde la realidad y a pesar de todos los obstáculos propios de la falta de recursos económicos, educativos, culturales sociales, deportivos, etc.

Es un pueblo que no adora sacerdotes, ni siquiera tiene acceso a ellos, pero es dueño de su propia realidad, es un pueblo integrado por seres autónomos, libres y solidarios. Tres cualidades que sumadas dan por resultado La Esperanza.

Para un pueblo real esta nutriente que es la esperanza es básica e indispensable. Es el alimento que les permite rechazar el tentador banquete de manjares artificiales que sirve a sus comensales el Sumo Sacerdote “Medios Concentrados”, multicolor y consensuado por los poderosos, ¿su efecto?: envenena y mata el sentido popular

Esperanza arrolladora, inquebrantable a la que azotan, desprecian, escupen y maldicen los dueños del poder porque saben perfectamente que es la única bandera que puede derrotarlos. Tal como sucedió un cierto 25 de mayo, donde los pulmones y corazones inflamados de esta sustancia irremplazable (la esperanza) está siendo devorada por el pueblo genuino cantando su himno a lágrima viva.

¿Cómo y cuándo brota esa esperanza? La última es reciente, sucedió el 25 de mayo de este histórico 2010.

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